Estoy buscando algo que me emocione, una excusa para llorar, desahogarme...
No te busco a ti, no me angustio como hice durante tanto tiempo escornando contra una pared mas fuerte que yo. Acepto que yo soy sin ti y tú eres sin mi, pero sigues siendo parte de mi...
Recuerdo creerme un insensible por no llorar nunca, este sentimiento nació al conocerte:
Estabas muy callada, se nota que te afecto el rato que me separé de ti por ese berrinche tan parvo. Te caía una triste lágrima que no mire hasta que rodó por la mitad de tu hermosa mejilla izquierda, la cara de imbécil que se me quedo al mirarte llorar por primera vez fue indescriptible, cambié de actitud ipso facto. Jamás borraré de mi memoria como recogí esa lágrima con mi pulgar y te acomodé en un abrazo sobre mi hombro.
Contigo fue que aprendí a llorar, aunque como todo aprendí tarde. Ese endiablado día de Noviembre... mis defensas cayeron, mis sentimientos quedaron a la intemperie y hechos pedazitos. Lloré, lloré horas y horas durante semanas, meses, te lloré hasta que me recompuse a mí mismo.
Esto me ha hecho un hombre más sensible, sin embargo me siento vacío. Me emociono más, me emociono con menos, me emociono... casi hasta llorar, pero me falta algo que me ayude a llorar.
Nunca he sido de llanto fácil, ni lo soy ahora, pero me siento llorar sin hacerlo de verdad, y me encuentro buscando una razón para llorar, quiero llorar, quiero desahogarme con algo, quitarme este peso de encima...
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| Ju 14-26 |
... y revivo algunos de los momentos más emotivos de mi vida, disfruto de la sensación y me dejo llevar, cada detalle me enciende, cada lágrima purifica...
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